La mariposa Bella

Érase una vez un día de primavera que todos los animalitos del bosque se preparaban para una gran fiesta.
Todos estaban invitados y querían ponerse muy guapos; pero Bella la mariposa se creía mucho mejor que sus amiguitos. Decía que no iba a ir al baile porque no tendría con quien estar y que estuviera a su altura, o que fuera tan hermosa como ella y tan inteligente.
Todos los animalitos se arreglaron con flores, ramitas y muchos colores. Esperaban que en el baile encontrarían pareja para formar sus familias. Bella, la mariposa, decía que no se iba a poner nada porque ya era muy guapa.
Cuando llegó el momento todos fueron al baile y Bella, para no quedarse sola también se fue.
Prepararon un salón decorado con luces, flores y un gran espejo que era el centro de la fiesta. Todos estaban contentos y se divertían. Bella encontró a alguien precioso que no hablaba, sólo sonreía si ella lo hacía, y le saludaba cuando ella también lo hacía.
Los animalitos comenzaron a reírse de Bella, pero ella no les hizo caso y siguió encantada con esa persona.
Fueron pasando las horas y todos encontraron pareja y se iban a sus casas muy contentos.
Y cuando ya no había nadie en el salón, Bella desesperada se dio cuenta de que la persona que había estado con ella toda la noche, era su propio reflejo en el gran espejo del salón.
Bella llorando se dio cuenta de que había estado toda la noche con su reflejo, que era muy hermoso pero que no le podía brindar nada, y ya se había quedado sola.
Bella se fue para su casa sola y llorando, iba pensando lo que había pasado esa noche. Se dio cuenta de que la belleza no era todo: los amiguitos son muy importantes. Cuando una persona tiene amiguitos es feliz y nunca estará sola.

Cynthia González Valderrama, 4ºA